A ti que fuiste Mártir, víctima del juicio
humano y predicador de la verdad. El discípulo que Jesús amó por su bondad y
fidelidad. A ti ruego, a ti ruego con fe.
Ahora me encuentro solo, desesperado y sin
esperanza. Quiero tu ayuda para no caer al abismo, ahí donde solo las almas
perdidas caen. Me encuentro abatido por mis problemas, que mis hombros caídos y
mi cabeza baja me delatan.
Mi mirada no es la misma, me encuentro en el
suelo y pido tu mano para levantarme. Tengo un problema (cuenta sobre tus
problemas) y quiero tu ayuda para solucionarlos.
Perdona mi atrevimiento, pero recurro a ti
por desesperación, ayúdame a solucionar mis problemas, por difíciles que sean.
Te prometo ser fiel y ofrendarte con amor
(haz una promesa de gratitud). Te prometo así mismo, levantarme con dignidad y
vivir el día a día con fe y agradecimiento. Te pido que me ayudes a solucionar
mis problemas.
Amen.
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