En
todas las culturas se pueden encontrar diversos métodos de limpieza y
purificación energética de los lugares y las personas. Estos métodos tratan de
eliminar y prevenir las vibraciones desequilibradas, perturbadoras o negativas
que impregnan los entornos, los objetos y los campos áuricos personales. En el
feng-shui más tradicional se utilizan métodos, rituales y ceremonias
procedentes de la religión derivada del taoísmo y del folclore chino.
En el feng-shui de la secta de los Gorros Negros también se utilizan curas
místicas del entorno, denominadas yi y tratan de incrementar y mejorar el chi
de un lugar, en los aspectos que están detrás de lo físico, por medio de la
armonización y reforzamiento del estado energético de las personas y la
meditación. El yi es una parte intangible del feng-shui que está relacionada
con la mente y con aquellas sensaciones que están detrás de nuestras reacciones
con respecto al entorno. El yi provee una cura espiritual, es decir, una
transformación de la energía negativa en positiva en cualquier lugar o persona.
El yi es un aspecto muy poderoso e ineludible del feng-shui perteneciente a la
secta de los Gorros Negros, que ha difundido Li Yun, maestro en la meditación.
El yi se utiliza como un refuerzo cuando se hacen curas de feng-shui,
introduciendo métodos dé pensamiento positivo mientras se realiza la cura.
También se emplea cuando una cura de feng-shui no puede hacerse materialmente,
entonces se utilizan técnicas yi para resolver o ajustar los desequilibrios de
un modo metafísico. El yi utiliza en muchos casos la astro logia, los sueños,
el I ching, las prácticas de meditación y las bendiciones para lograr una mayor
comprensión de los sucesos de nuestra vida y para atraer el equilibrio. El yi
es una forma de curación por la fe, del poder que tiene en lo que creemos y,
por lo tanto, la intención que se persigue con ellas. La motivación de la
persona que la lleva a acabo cobra una gran relevancia en los efectos que se
persiguen. De acuerdo con la secta de los Gorros Negros, el yi es una
invitación para que las fuerzas naturales positivas entren en la casa o en el
negocio.
Dado que en nuestra cultura contamos con una gran abundancia de métodos de
limpieza y purificación de lugares y personas, y que algunos métodos yi
requieren de la intervención de un experto meditador o de prácticas meditativas
de la tradición budista, o resultan muy complejas, a continuación se exponen
algunos de los métodos más sencillos y fáciles de aplicar procedentes de
nuestra propia tradición cultural o compatibles con ella. No obstante, es
interesante tener en cuenta el significado del yi, la trascendencia de las
prácticas místicas, para incorporarlas a la luz de nuestras propias técnicas de
pensamiento positivo y de nuestras propias prácticas espirituales.
Tener en cuenta la historia de la casa
Los chinos tienen muy en cuenta la
historia de una casa antes de trasladarse a ella e intentan informarse acerca
de la vida de los anteriores residentes. Creen que su destino se verá afectado
por la casa, igual que afectó a los residentes anteriores, y tratan de ponerse
en su piel, ya que en el transcurso de dos o tres años creen que la casa les
habrá afectado al punto de adoptar hábitos similares y repetir su fortuna o
desgracia. Cuando van a comprar una casa tienen en cuenta el tipo de
sufrimiento o penalidades que han vivido los anteriores residentes -si ha
habido divorcios, problemas legales, de salud, económicos e intentan adquirir
una en la que los anteriores residentes hayan sido prósperos y felices. En muchos
casos, desconfían de las casas «chollo» porque imaginan que algo terrible ha
debido ocurrir allí, para que su precio esté devaluado.
Claro que el entorno no es la causa de todos nuestros males, ya que en la
gestación de nuestros padecimientos hay otros muchos factores implicados, pero
al menos con esta práctica informativa y de observación se pueden evitar
algunas influencias que no nos son favorables. La historia de la casa es algo a
tener en cuenta, sobre todo en cuanto a las incidencias que hayan podido tener
en los anteriores residentes, por sus desequilibrios estructurales o debido a
la nocividad de las corrientes telúricas; otros aspectos son más fácilmente
resolubles o neutralizables.
El estreno de una casa
Antes de establecemos en una nueva casa
es conveniente pintarla y realizar una limpieza no sólo física o material sino
también energética. Después puede resultar muy interesante realizar algún
ritual místico o pagano para bendecirla o celebrarla antes de ocuparla. Las
ceremonias de bendición abundan en todas las religiones y tradiciones
espirituales, así como en las culturas y el folclore. Por ejemplo, cuando en
Hong Kong se va abrir un negocio o una nueva oficina se realizan las
tradicionales danzas de leones a fin de consagrar los lugares. Otro ejemplo son
las ceremonias de inauguración de muchos edificios públicos occidentales, en
los que se corta un lazo ceremonial atado en el umbral de la construcción.
Puesto que la casa que vamos a ocupar o el local donde vamos a establecer
nuestro negocio es algo vivo, con el que interaccionaremos íntimamente, resulta
interesante y conveniente comenzar la relación con la alegría que expresa una
festividad o una celebración y honrarla y protegerla con algún tipo de
bendición.
Además el feng-shui recomienda estrenar una cama o unas sábanas, para tener un
comienzo fresco, tanto al entrar a vivir en una nueva casa como al ocupar una
nueva habitación.
La Limpieza energética
Cuando se precisa hacer una limpieza
energética profunda en la casa o local, se puede acudir a un profesional para
que la lleve acabo, al igual que procedemos en el caso de que la casa o local
necesite de una limpieza e higienización general y a fondo en la esfera de lo
material, o podemos llevarla a cabo nosotros mismos. A continuación encontrará
las instrucciones necesarias para poder ocuparse de la limpieza energética de
su entorno y de su campo energético personal.
La tradición esotérica dice que los mejores días para hacer rituales hogareños
de limpieza o de protección, y para encender velas de petición o en beneficio
de otros, son los martes, jueves y sábados. En cualquier caso desaconseja
realizar estas actividades en domingo. El domingo es un día sagrado en el cual
no deberíamos realizar trabajos de ningún tipo. Es el día del descanso, y para
los creyentes el día del Señor.
Otra cosa que dice la tradición es que a la hora de hacer una limpieza
energética es importante llevar la cabeza cubierta con un pañuelo. Algunas
personas, entendidas en la materia, incluso recomiendan poner unas gotas de
agua de colonia en el pañuelo, a fin de proteger a la persona que realiza la
limpieza. Esto no tiene nada de extraño, pues cuando procedemos a realizar una
limpieza a fondo en el plano físico y material de una casa, si no queremos
resultar manchados también debemos cubrimos la cabeza.
En realidad, cuando emprendemos la limpieza física de una casa que ha estado
cerrada mucho tiempo o hace mucho que no se limpia, procuramos ponemos una ropa
especial y usar guantes para no destrozar nuestra ropa habitual y manchamos lo
menos posible. Al finalizar la tarea procedemos a ducharnos o a bañamos para
refrescarnos y eliminar cualquier suciedad que haya podido filtrarse. Pues de
este mismo modo se debe proceder al realizar una limpieza energética, para simbolizar
que nos protegemos de la suciedad invisible que no podríamos ver cómo nos
ensucia. Del mismo modo que los profesionales de la limpieza se ponen un mono o
una bata para llevar a cabo su trabajo, algunas personas expertas en temas de
energías sutiles utilizan túnicas blancas para llevar a cabo las limpiezas.
Pero, en realidad, puede ser suficiente ponerse guantes, de cualquier tipo,
aunque los desechables resultan muy apropiados para esta labor, un pañuelo
blanco en la cabeza y unos calcetines blancos de algodón. Con respecto al resto
de la vestimenta lo más importante es quitarse el atuendo una vez completada la
limpieza energética y echarlo a lavar. y del mismo modo que nos aseamos después
de hacer la limpieza física de un lugar, también es vital concedemos una ducha
o baño personal a este nivel energético.
Antes de proceder a la limpieza energética propiamente dicha, será necesario
realizar una limpieza material al modo que acostumbre. A la hora de hacer una
limpieza energética es importante tener en cuenta que debe hacerse de dentro
hacia fuera, es decir del fondo de la casa hacia la parte más exterior. Que al
iniciar una limpieza tanto las de tipo físico como las energéticas, es
conveniente que haya, al menos durante los primeros momentos, música fuerte de
tambores o cualquier otro ruido, porque el ruido es energía de trueno que se
relaciona con el movimiento y los nuevos comienzos.
Resulta muy auspicioso que durante la limpieza energética suenen cantos
gregorianos o música sacra, así como cantar o poner música durante cualquier
tipo de limpieza física. También conviene, al inicio de una limpieza
energética, encender una vela blanca, ya que representa la energía de fuego y
ésta está asociada a la energía de la iluminación y la luz interior. La vela deberá
colocarse en un lugar seguro pues conviene que se consuma por entero una vez
prendida.
La limpieza energética de un lugar no se considera acabada hasta que el lugar
haya quedado completamente ventilado, por lo que tras llevar a cabo cualquier
ritual de limpieza debe procederse a abrir las puertas y ventanas y dejar pasar
un periodo de tiempo razonable para que haya sido aireado. En este sentido, es
mejor realizar las limpiezas por la mañana para que pueda entrar el sol junto
con el aire, una vez acabada la tarea. También es conveniente quedarse fuera de
la casa durante este periodo de ventilación. Por último, hay que tener en
cuenta a la hora de realizar una limpieza energética el propósito que se
persigue, la intención y la motivación que hay detrás de nuestros actos, e
incluso según las creencias de cada uno puede acompañarse la limpieza con
oraciones, mantras o afirmaciones.
Las limpiezas energéticas se aplican de forma general al global de una casa en
el continente y en el contenido y las parciales se aplican a las habitaciones o
a determinados objetos. Es conveniente hacer limpiezas profundas, al entrar en
una casa nueva y después de hacer obras, o cuando por los sucesos acontecidos
en la casa se crea conveniente. Las limpiezas de mantenimiento de toda la casa
o de partes de ella o de objetos y muebles se pueden realizar cuando se
introduzcan objetos nuevos o cuando se crea conveniente, pero se recomienda
hacer al menos una limpieza de mantenimiento al año e idealmente una al
comienzo de cada estación.
La limpieza profunda
Una limpieza energética global o
profunda requiere una purificación de suelos, paredes, techos y objetos
contenidos. Para los suelos se pueden utilizar fórmulas para aplicar con
trapos, que deberán a su vez ser aclarados una vez efectuada la limpieza, igual
que ocurre con una limpieza física. Y para las paredes, techos y objetos se
pueden utilizar pulverizadores o humos.
La fórmula de limpieza con trapos
Se hierve en varios litros de agua un
limón troceado al que no se le ha quitado la piel junto con tres o siete tazas
de raíz de ruda seca. Se cuela y se vierte en un cubo, al que se agrega un
litro de vinagre blanco.
El agua es un elemento purificador por excelencia, el más simple y vital de
todos y constituye el principal componente de cualquier fórmula de limpieza
energética de personas o ambientes. La raíz de ruda es utilizada en casi todas
las fórmulas de limpieza y protección tradicionales, pues se le atribuyen
poderosos efectos contra las malas vibraciones. El vinagre es un elemento
purificador que tradicionalmente se ha empleado para realizar las limpiezas de
las iglesias. Los cítricos, en general, se destacan por sus capacidades para
absorber la negatividad y la suciedad energética.
Para realizar la limpieza de suelos, se necesitan tres trapos grandes y un
palo. Puede servir el de una escoba, fregona o mopa. Una vez que el líquido del
cubo, resultado de la mezcla de agua, vinagre, jugo de ruda y limón, quede
frío, se puede empezar la limpieza. Primero, se sumergen en el cubo los tres
trapos grandes y se retiran muy bien embebecidos. Entonces se coge el primer
trapo y se va pasando por el suelo, los marcos y los zócalos de la casa desde
el fondo hasta la puerta. No hace falta restregar, basta con pasarles el trapo,
pero el trapo es de un solo uso, es decir que no debe ser sumergido una segunda
vez en el cubo. Cuando se crea conveniente se utilizará el segundo y el tercer
trapo, pero en ningún caso un trapo debe remojarse de nuevo. Tampoco conviene
volver hacia atrás en el tramo por donde ya se ha pasado el trapo, es decir
retroceder. El palo es para enganchar los trapos y levantarlos del suelo una
vez acabada la limpieza. Entonces se procede a colocarlos en un fregadero o
lavabo vacío con la ayuda del palo. Sobre los trapos se verterá el líquido
sobrante del cubo y después se deja correr sobre ellos agua del grifo durante
un rato, para desinfectarlos.
La limpieza con pulverizador
La fórmula expuesta para la limpieza
con trapos también puede ser aplicada con un pulverizador en las paredes, los
muebles y los objetos de la casa.
Pero cuando no se precisa tanta cantidad de líquido o si resulta más cómodo se
puede utilizar un agua de limpieza compuesta por cítricos. Para hacer el agua
de limpieza hay que poner en un tazón grande agua hirviendo a la que se agregan
nueve peladuras de limón, naranja o lima, y un poco del jugo de la pulpa
exprimida. Una vez fría, se retiran las peladuras y se vierte en un
pulverizador con el que se rociarán las superficies que se deseen limpiar.
Si resulta muy complicado hacer la limpieza de los trapos, por lo general,
puede ser suficiente llevarla a acabo con el pulverizador y el humo de la quema
de algún incienso purificador o de una combinación de hierbas de limpieza
energética.
La limpieza con humo
El humo proveniente de la quema de
inciensos específicos para la limpieza energética y de mezclas de yerbas para
purificar y proteger, pueden limpiar hasta los techos de un espacio. Para
realizar una limpieza con humo, todas las ventanas y puertas exteriores del
lugar a limpiar deberán permanecer cerradas, mientras que deberán abrirse todas
las puertas interiores, incluidos armarios, cajones, baúles...
Para quemar el incienso o las yerbas se necesita un carboncillo, que se cogerá
con una pinza metálica o las puntas de una tijera para prenderlo con la llama
del fogón de la cocina o con cerillas; y un recipiente para colocar el
carboncillo una vez encendido. Este recipiente debe ser resistente al calor
extremo, que van a liberar los carbones prendidos y preferentemente tener un
asa o agarradera, que nos permita llevarlo en el recorrido de la casa sin
quemamos. Aunque a veces se utilizan recipientes o incensarios de bronce, el
metal y el fuego son elementos antagónicos, por lo que según el feng-shui
siempre que se use el fuego será más propicio utilizar materiales asociados al
elemento tierra. Siguiendo pues, la teoría de los cinco elementos, el
recipiente usado para generar el humo de una limpieza es preferible que sea de
barro o cerámica.
En nuestra tradición es muy popular realizar el signo de la cruz en el aire,
con el recipiente que echa el humo al empezar la limpieza y al entrar en cada
habitación. Puede ser una superstición o un modo de pedir las bendiciones y la
ayuda de la luz. En cualquier caso, no está de más recoger la idea y haciendo o
no la cruz, encomendamos a la luz o solicitar la ayuda de la divinidad o de las
fuerzas benéficas y protectoras en las que creamos. Pedir la ayuda de los seres
divinos o de las energías positivas y la luz puede ser muy propicio también al
comienzo de cualquier otro tipo de limpieza energética.
Una vez que el carboncillo haya chisporroteado se coloca en el recipiente y se
echa sobre él el incienso o la fórmula de hierbas escogida para la ocasión.
Hay muchos inciensos y fórmulas ya preparadas para hacer limpiezas que pueden
adquirirse; aunque también pueden ser elaboradas siguiendo las recetas
tradicionales; algunas muestras de éstas son las siguientes mezclas:
El enebro, el romero, el perejil, la
artemisa, la ruda, la sal gorda y la sal fina se considera una fórmula muy
eficaz para hacer una limpieza a fondo;
La arenaria, la rompe piedra y la
pimienta es adecuada para quemar cuando hay bloqueos y obstrucciones;
El café molido, el cedro, el romero,
la salvia y el tomillo, que al ser quemados, desprenden un humo que resulta un
excelente protector;
Tres cucharadas de hojas de olivo
secas, una cucharada de romero y una cucharadita de bolas de incienso puro se
emplea para eliminar lo negativo;
La angélica es una hierba muy
empleada en las quemas de limpieza energética y puede mezclarse con romero e
incienso o incluso con bayas de enebro.
Las limpiezas personales
Tras hacer una limpieza a fondo o una
limpieza de mantenimiento resulta a veces muy necesario y otras muy deseable
proceder al aseo personal, y esto mismo ocurre cuando hacemos limpiezas
energéticas. Tras finalizar una limpieza energética en un espacio, resultará
muy grato proceder a la nuestra propia. Pero también puede proporcionamos gran
alivio, cuando nos sintamos muy cargados o como sucios y sin brillo más allá de
la percepción física. También resultará muy gratificante dedicamos una limpieza
energética, tras haber permanecido en lugares muy perturbados o donde se
destila mucha agresividad, sufrimiento físico o mental. Del mismo modo, una
limpieza energética puede resultamos muy beneficiosa tras haber interaccionado
con personas que nos han provocado dolor de cabeza, mucha angustia o un miedo
poco razonable. Para estos casos, por lo general, bastará con realizar la
limpieza energética una sola vez.
Además se pueden tomar baños o duchas de limpieza energética personal cuando
estemos atravesando periodos desconcertantes en nuestra vida, con ansiedad,
miedos injustificados o angustia; y cuando deseamos emprender nuevas !tapas o
proyectos. En estos casos es conveniente hacer la limpieza de una forma
continuada durante un periodo de nueve días.
La ducha de limpieza energética
Antes de proceder a una ducha de
limpieza energética es conveniente, igual que al efectuar la limpieza
energética de un espacio, llevar a cabo una limpieza típica, que puede
coincidir con nuestro momento de aseo habitual.
Las duchas energéticas se realizan vertiendo el líquido de la fórmula de
limpieza escogida, desde la cabeza hasta los pies, como si se tratara de un
último enjuague tras la ducha o el baño cotidiano. Por lo general, es mejor
cerrar los ojos al volcar el liquido sobre la cabeza, porque algunos
componentes de las fórmulas son ácidos o salados. Después de verter el liquido
debemos envolvernos con una toalla, para que nos seque, pero sin frotamos, y la
echaremos a lavar después.
Una fórmula casera muy eficaz para hacer duchas de limpieza energética consiste
en hervir agua con un limón sin pelar y troceado, un ajo sin pelar y al que se
le ha realizado un corte y una taza de ruda seca o fresca. Y dejar reposar
treinta minutos, después se filtra para obtener un liquido que dice la
tradición que tiene grandes efectos purificadores y protectores. Otra fórmula
semejante es la compuesta por una cucharada sopera de ruda, dos cucharadas
soperas de albahaca, un puñadito de sal gorda y tres dientes de ajo sin pelar,
con un corte cada uno.
Si la ducha de limpieza energética se realiza por un periodo de nueve días,
resultará muy gratificante agregar a la fórmula escogida los pétalos de nueve
flores blancas, el último día de limpieza, y tras verter el agua, proceder a
pisar los tallos verdes de las mismas.
El baño de limpieza energética
También se puede realizar una limpieza
energética por inmersión en un baño.
Un baño muy purificador consiste en agregar al agua de la bañera un litro de
agua mar y pétalos de nueve flores blancas. Si el agua del mar no es factible
de conseguir entonces hay que escoger alguna fórmula.
Una fórmula muy efectiva de limpieza y protección, consiste en poner en el agua
de la bañera un puñadito de sal marina o de sal gorda yodada, un vaso de agua
de colonia y una cucharada de cáscara de huevo blanco molido. Otras
posibilidades nos ofrecen la infusión de ruda, angélica, romero, albahaca,
comino, artemisa y enebro, junto con una clara de huevo sin batir, o la
infusión de ruda y poleo, añadiéndole un puñado de sal gorda marina o yodada,
unas hojas de laurel y los pétalos de nueve flores blancas; en ambos casos, mezclados
con el agua de la bañera.
En el caso de que los baños de limpieza se realicen por un periodo de nueve
días seguidos, entonces el componente floral de las fórmulas sólo será
necesario el último día de la purificación; y tras el baño, se pueden pisar los
tallos de las flores empleadas.
La limpieza energética personal con visualización
Las limpiezas energéticas personales
también pueden llevarse a cabo con visualizaciones. Éstas son muy útiles, sobre
todo, cuando sentimos que nos hemos cargado con energía tensionada o hemos
permanecido en ambientes donde la energía estaba perturbada o nos hacia sentir
incómodos.
Existen muchas técnicas para hacer limpiezas con visualización. Un método muy
fácil consiste en imaginar un chorro de luz, amor y sabiduría que cae sobre la
cabeza como una cascada de agua pura y un río bajo los pies que se lleva
cualquier tipo de perturbación que sintamos, como la tensión, el estrés, los
pensamientos negativos, la duda, la confusión, el miedo, el enfado, la
frustración, el nerviosismo... en forma de mucosidad es oscuras. La luz va
cayendo con fuerza por todas las partes del cuerpo y despegando la energía
perturbada que resbala hasta caer al río y la corriente la disuelve. Después se
agradece a esta luz que nos haya liberado de la negatividad.
Este método de limpieza con visualización también puede llevarse acabo bajo la
ducha, visualizando que el agua material, que arrastra la suciedad de nuestro
cuerpo físico, está envuelta en la luz de amor y sabiduría que arrastra la
suciedad de nuestro cuerpo energético.
Las personas que tiene devoción por alguna divinidad pueden visualizarla encima
de sus cabezas o frente a ellas irradiando luz de amor y sabiduría. Un chorro
de esta luz que emana de la divinidad entra por su coronilla y va inundando
todo su cuerpo, expulsando todas las negatividades y obstáculos que se
disuelven en el espacio infinito.
Las limpiezas parciales o de mantenimiento
Ya que el tipo de suciedad para la que
están indicadas estas limpiezas no puede verse, aunque algunas personas pueden
sentirlo o vibrarlo con cierta facilidad, podemos recurrir a diversos métodos
para determinar la necesidad de efectuar una limpieza. Un modo de diagnosticar
la necesidad de una limpieza es a través del biómetro de Bovis. Si la medida de
la vibración de un espacio es baja, una limpieza puede estar indicada, pero la
baja vibración también puede deberse a otros factores como corrientes telúricas
u otro tipo de perturbaciones, por lo que habrá que asegurarse que la debilidad
energética de un lugar no se debe a otras condiciones relacionadas con aspectos
más físicos o materiales, que las que se pretenden resolver con las limpiezas
energéticas.
Otro modo de detección de la presencia de suciedad energética es a través de la
radiestesia, con el empleo de un péndulo y una batería de preguntas. Pero para
ello hace falta saber utilizar la técnica del péndulo. Así que el modo más
sencillo y asequible es observar los acontecimientos producidos en la casa y
recurrir a hacer una limpieza, cuando se entienda que está cargada de
tensiones, de estrés, de sufrimiento, de desacuerdos, de pensamientos, de
gestos o de palabras negativas. Tradicionalmente, también se recurre a observar
la cristalización de la sal para comprobar si ya va haciendo falta una
limpieza. Para ello se coloca un platillo o cuenco de porcelana o loza con sal
fina y un poco de agua, se deja en reposo por un periodo máximo de una semana,
y se observa el modo en que ha cristalizado la sal. Si la cristalización es
irregular entonces sabremos que hace falta limpiar. La sal utilizada para este
propósito es mejor quemarla o enterrarla en el campo, incluso tirarla por el
inodoro, pero no debe ser arrojada a la basura. El platillo o cuenco debe
lavarse, dejando que el agua corriente se deslice por él durante un rato. Es
mejor reservar este recipiente para este uso o similares y no utilizarlo para
contener alimentos.
Otro método es utilizar un vaso o copa de cristal transparente sin estrenar, en
el que después de haberlo enjuagado se ponen a partes iguales agua, sal fina y
vinagre blanco. Al cabo de una semana se procede a observar el líquido. Si se
ha oscurecido o contiene burbujas como si estuviera hirviendo indica que hace
falta una limpieza. Este último método puede ser utilizado para efectuar una
limpieza. Para ello hay que repetir el proceso y esperar otra semana y
comprobar que la mezcla tiene el mismo aspecto que el primer día. También puede
reforzarse este sistema de limpieza con el empleo previo de la fórmula para
fregar el suelo, la quema de algún incienso purificador o la pulverización de
la fórmula cítrica.
Fórmula para fregar el suelo
Esta fórmula puede ser empleada tanto
para realizar limpiezas de mantenimiento, como después de una discusión fuerte,
de tensiones familiares, de procesos de enfermedad o cuando se ha creado un
ambiente enrarecido.
Consiste en poner agua fría en un cubo al que se le añade una clara de huevo
blanco sin batir y unos cuantos cubitos de hielo. Con la ayuda de una fregona
se limpia toda la casa con este líquido, empezando como en todas las limpiezas
por la habitación más lejana a la puerta y terminando en ésta. El agua se tira
por el inodoro y el cubo y el mocho se aclaran con abundante agua, mejor si
pueden ponerse un rato debajo del chorro de un grifo o una manguera. Al día
siguiente, si se quiere reforzar la limpieza energética, se puede volver a
fregar la casa simplemente con agua, a la que se le agrega un chorro de vinagre
blanco. Esta fórmula puede utilizarse tan a menudo como se considere necesario.
El método bagua de las Nueve Estrellas
Este método se emplea en feng-shui para
ajustar y activar el chi y eliminar la mala suerte. Se trata de un sistema yi
de purificación de la casa, para cambiar la vibración y transformar las
energías.
Está basado en el bagua, y sigue los ocho trigramas en una secuencia
particular. En primer lugar se requiere realizar una meditación que calme la
mente, como el sutra del corazón, pero se puede utilizar cualquier técnica de
relajación que apacigüe y vacíe nuestra mente de las preocupaciones cotidianas.
Después se invitan a los seres divinos afines a nuestras creencias o a la luz,
el amor y la sabiduría universal para que nos acompañen en este procedimiento.
Se pueden realizar oraciones, mantras o cánticos devocionales mientras se
efectúa esta transformación energética de la casa, a través de un recorrido
imaginario o físico. En este recorrido se puede proceder a realizar visualmente
una limpieza sutil de nuestro entorno, a través de la transformación de la
contaminación energética negativa de los espacios, por medio del poder de la
luz, las oraciones, las afirmaciones o los mantras, de tal modo que los
espacios quedan regenerados y revitalizados tras su transformación vibracional.
Este método trata de llevar la energía de la meditación, el de las fuerzas
benéficas invocadas y las oraciones, mantras o cánticos a todos los rincones de
la casa utilizando el mapa bagua, según la secuencia de las Nueve Estrellas.
Así, primero se localiza la zona trueno, que simboliza la vida y los nuevos
comienzos, y desde ahí se recorre el resto de la casa siguiendo el trazado de
las estrellas; es decir, del trigrama chen a sun, de sun al centro, del centro
a chien, de chien a tui, de tui a ken, de ken a Ii de Ii a kan y de kan a kun,
para transformar la negatividad e inundar las de bendiciones. El recorrido
puede hacerse pensando en los aspectos de la vida que cada sector del mapa
bagua representa, reflexionando acerca del estado en que se encuentra cada área
de nuestra vida, y haciendo extensible también a ellas la transformación
energética que estamos realizando. Entonces el poder de este método nos
reportará sus máximos beneficios.
La limpieza de objetos antiguos y cuarzos
Las antigüedades y las joyas pueden
estar cargadas con el chi de los antiguos propietarios y la memoria histórica
sutil de los sucesos acontecidos en su presencia o relacionados con ellos. Por
lo que resulta muy adecuado, antes de adquirirlo, tratar de observar qué tipo
de sensaciones nos provoca, más allá de la estética y el deseo de poseerlo. Un
modo muy fácil de percibir el chi de un objeto es ponerle la mano encima y
silenciarse por un momento, es decir, vaciarse de pensamientos para poder
escuchar el mensaje que contiene y sentir las buenas o malas vibraciones que
nos llegan de él. Si lo que nos llega no es muy positivo y ya tenemos el objeto
en nuestro entorno, entonces será preciso y muy conveniente limpiarlo
energéticamente.
La limpieza de objetos puede realizarse con aguas alquímicas, que pueden ser
adquiridas en establecimientos o ferias esotéricas, con la aplicación de humos
o de pulverizaciones. También es posible limpiarlos de las vibraciones
negativas colocando, debajo de ellos, un plato lleno de sal durante siete días.
Al final del día hay que volver a observar lo que nos transmite, y si aún hace
falta seguir limpiando se puede repetir el método, pero siempre por períodos de
siete días. Con este método hay que tener cuidado de que no haya demasiada sal
en los entornos donde se mueven los residentes, por lo que lo ideal es retirar
el objeto a una habitación de poco uso, mientras se lleva a cabo esta limpieza.
Las joyas antiguas requieren ser limpiadas, a menos que se desee experimentar
la carga energética de su historia. En general, conviene limpiar todas las
gemas y minerales, antes de utilizarlas personalmente o introducirlas en
nuestros entornos. Las piedras utilizadas como protectores necesitan ser
limpiadas periódicamente para eliminar la suciedad que van recogiendo. En el
caso de los cuarzos, la limpieza periódica resulta especialmente esencial, ya
que al ser grandes potenciadores energéticos si están cargados de suciedad
energética, ésta se magnificará.
Para llevar a cabo la limpieza de joyas, gemas, minerales o piedras, lo más
indicado es meterlas en la tierra al menos por un día completo, aunque también
resulta muy efectivo sumergirlas en un tazón de arcilla blanca durante el mismo
periodo. Otro modo de limpiarlas es poner las bajo un chorro de agua corriente
caliente durante un rato y después dejarlas al sol.
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